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Un muro en el camino

Hoy quiero comparar la forma en la que un directivo se toma la información que le da una persona de su equipo ante una situación de riesgo. Para que se entienda bien, voy a contar una situación hipotética: Mi jefe conduce un coche y yo voy de copiloto. Vamos a ver tres formas de afrontar la situación:

Voy a usar “Carlos” (nombre ficticio) para referirme a mi jefe.

Escenario 1.

– Carlos, a 10 Km hay un muro. Vamos a tener que desviarnos de la ruta inicial para no chocar con él. He estado viendo opciones y hay un desvío. Creo que deberíamos cogerlo.
Fernando, majo, ¿queda todavía no?
– Sí. Nos queda tiempo.
Vale.

Al de 5 Km, le digo a mi jefe:

– Carlos, ¿te acuerdas del muro no?
Sí, pero no lo veo.
– Se ve mal. No podemos esperar a tenerlo encima.
¿Aún queda no?
– Sí. Aún queda.
Vale.

A 2 Km del muro me dice:
Eso que me dijiste ¿es por aquí?
– Sí. Me temo que sí.
Y tú crees que hay un desvío ¿no?
– Sí.

Avanza un poco más y dice:
Vamos a tomar un pote.

Bajamos del coche, tomamos un pote en un bar a un kilómetro del muro. Y al volver al coche le digo:
– Carlos, el muro.

Y el me lanza las llaves y me dice:
Tú sabes dónde está el desvío ¿no?

Y conduciendo yo llegamos felizmente a nuestro destino.

Escenario 2.

– Carlos, a 10 Km hay un muro. Vamos a tener que desviarnos de la ruta inicial para no chocar con él. He estado viendo opciones y hay un desvío. Creo que deberíamos cogerlo.
– Tú por eso no te preocupes que conduzco yo y esa es mi responsabilidad. Yo llevo este coche al destino.
– Ya Carlos, pero el muro está ahí, llevo meses preparando la ruta y creo que habría que coger el desvío alternativo que te propongo.
– No te metas en esto que conduzco yo.
– Vaaale

Al de 2 Km y viendo que nos acercamos, le digo:
– Oye… el muro sigue ahí, vamos derechos y nos vamos a estrellar. ¿Lo tienes en cuenta no?
– Llevo conduciendo 20 años y nunca he visto un muro en el medio de la carretera. Tú a lo tuyo.
– Carlos… joder que lo mío es ver dónde hay muros.

Con el coche a toda velocidad, derechitos al muro y a punto de chocar, Carlos da un volantazo y coge el desvío que yo le había dicho. Permanecemos los dos en silencio y cuando llegamos al destino me dice:
– Menos mal que he visto el muro.
– Sí, sí Carlos menos mal…

Escenario 3.

– Carlos, a 10 Km hay un muro. Vamos a tener que desviarnos de la ruta inicial para no chocar con él. He estado viendo opciones y hay un desvío. Creo que deberíamos cogerlo.
– Fernando, no hay muro.
– Carlos, llevo meses en esto y hay un muro. Mira, aquí se ve dónde está.
– Fernando, no hay muro.
Acelerando y a tope de testosterona nos vamos acercando al muro.
– Carlos, el muro. Hay un desvío, deberíamos cogerlo.
– No hay muro. Estás confundido.
– Carlos, nos vamos a dar una hostia como un piano. Si no quieres verlo vale, para el coche que me bajo…
Acelerando dice: “No hay muro.”

Tras un brutal choque contra el muro y saliendo vivos de milagro, arañazos por todas partes y llenos de polvo, cruzamos al otro lado y llegamos arrastrándonos a nuestro destino.
Y me dice:
– Ves como no había muro…

Durante mi vida profesional he tenido varios jefes y en líneas generales he tenido bastante suerte. De muchos de ellos conservo un magnífico recuerdo y de casi todos grandes aprendizajes. Y como habéis escuchado, de alguno aprendí que negar la existencia del muro, no hace que el muro se aparte.

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