Durante los últimos diez años he hecho muchas entrevistas de trabajo a candidatos de todo tipo. En las primeras, hacía mucho hincapié en los conocimientos técnicos de la persona que tenía enfrente e intentaba seleccionar a aquella que pudiera complementar al equipo.
Según fueron avanzando los años, fui perdiendo la capacidad de valorar la parte técnica y me centraba en el carácter y en las habilidades personales. Había una pregunta que hacía mucho: «¿qué tal trabajas bajo presión?». La verdad es que no sé qué tipo de respuesta esperaba encontrar, pero había mucha gente que me decía “es como mejor trabajo”. Y luego solía hacer otra: “¿qué tal te relacionas?”, y la respuesta que más obtenía era: “nunca he tenido ningún problema con nadie”.
Si hay alguien leyendo esto, que en algún momento quiera trabajar conmigo, tiene que saber dos cosas:
1. No me gusta trabajar bajo presión. No creo en los héroes. La épica es para las novelas de caballería.
2. Conozco a varios que nunca tendrán un problema con nadie porque sencillamente no se relacionan.
Ahora que he vuelto a recuperar el hábito de hacer muchas entrevistas (me perdonen los reclutadores por hacerlo sin ninguna técnica), tengo claro lo que hago: quiero que la persona que viene a estar conmigo sepa por qué la estoy buscando.
¿Por qué te busco?
• Te busco porque quiero confiar en ti. Porque lo que me digas va a ser lo que creas cierto y exacto en cada momento.
• Porque vas a aceptar que el sitio al que vienes es como es y será cómo hagamos que sea, pero cambiaremos
poco a poco.
• Porque harás equipo e intentarás que seamos mejores frente a la competencia que es muy buena y a la que
queremos ganar todas las veces. Y eso te hará el mejor a mis ojos.
• Porque haremos lo que haya que hacer. Escucharemos las opiniones del otro y una vez decidido ejecutaremos todos a
una.
• Porque un día te irás (o me iré yo) y nos daremos las gracias, la mano o un abrazo y nos diremos ¡Bien hecho! ¡Te
echaré de menos!
Por todo eso te estoy buscando…
Una cosa más
Una cosa más, a ti reclutador: valora a la persona a la que entrevistas. Esa persona puede ser en un futuro tu próximo compañero, tu jefe, la persona que te busque otro trabajo, la que te proporcione un contrato o la que haga que tu vida cambie para siempre.
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