Decisiones
Decisiones, decisiones, decisiones y más decisiones. La vida que tenemos es fruto de nuestras decisiones y de los impactos de las decisiones de otros. Quien más quien menos, puede echar la vista atrás y ver que las circunstancias actuales podrían ser distintas si en algunos momentos hubiese tomado otras decisiones.
La mayor parte de nosotros somos conscientes de algunas “grandes” decisiones que hemos tomado en nuestra vida y que la han marcado en un sentido o en otro. Sin embargo, para llegar a esas grandes decisiones, hay diariamente otras más pequeñas que por acumulación también se convierten en decisivas.
Un gestor toma decisiones todos los días: ¿le encargo este trabajo a esta persona o a esta otra?, ¿contrato a este candidato o a este otro?, ¿atiendo esta llamada o voy a ver a ese cliente?, ¿hago la previsión de facturación o la delego?, ¿me voy pronto a casa o me quedo un poco más?… ¿decido yo o se lo escalo a mi jefe?, ¿pido permiso o pido perdón?.
Sobre las decisiones tomadas no se puede volver, hay que corregirlas con otras. Si dejaste marchar hace dos años a un ingeniero de tu equipo porque no querías pagarle más, no puedes volver a ese momento y retenerlo. Tienes que llamarle ahora e intentar convencerle para que vuelva si lo necesitas.
Si un cliente dejó de comprarte hace meses porque no se entendía con el equipo comercial y eso te ha provocado pérdidas, no puedes actuar sobre tu elección de entonces pero si puedes decidir ir a visitarle hoy y mostrarle que ahora el escenario es diferente.
Consideraciones
Sobre las decisiones, desde mi punto de vista, hay tres consideraciones a tener en cuenta:
- Se decide o se decide. No decidir también es una decisión.
- Siempre hay opciones. Unas veces son más claras y otras hay que buscarlas más, unas son más fáciles y otras más difíciles, unas dan resultado a corto y otras a largo. Unas hacen mucho daño a unos pocos y otras poco daño a muchos.
- Todas las decisiones tienen consecuencias. Para la persona que las toma, para los que están alrededor o para completos extraños. Consecuencias buenas o malas. Buenas para unos y malas para otros. O buenas para todos. O malas para todos. O ni buenas ni malas pero consecuencias al fin y a cabo.
Las grandes decisiones parece que deberían ser muy reflexivas y tomarse contemplando toda la información posible, por lo trascendente de sus consecuencias. Sin embargo, para todas: para las grandes y para las pequeñas hay una cuarta consideración: tienen que tomarse a tiempo. Y el saber cuándo es ese tiempo…
En cualquier caso, para todos aquellos que toman decisiones en su vida profesional y personal, es decir para todos aquellos que viven, recordar la frase de Reddington: “Usted escogió su vida, hágase cargo.”
Los comentarios están cerrados.